REVISAR EL MODELO PREDOMINANTE DE TRABAJO

  • "La tierra tiene suficientes recursos para satisfacer las necesidades de los hombres, pero no para saciar su codicia". M. Ghandi

  • Imaginar la utopía del trabajo como placer de servicio y primera prioridad del bienestar y no del lucro

Retomando la inquietud y secreto a voces de cientos de miles o millones de personas (de jóvenes, adultos, y adultos maduros, instituciones, organizaciones)  se impone de manera impostergable revisar además del modelo o paradigma general, el modelo del acceso al trabajo -que no sea “enajenante” (2) -; dicho de otra manera: “forma honesta de obtener sus medios de subsistencia”  por un lado, y por otro lado es esencial la calidad del mismo, reconociendo que  es el vehículo más importante  –por el número de horas que le dedicamos-  para el aproximarse al bienestar además del placer de servicio, y por supuesto en conjunción con algunos otros factores complementarios. 

Es de  tal gravedad y emergencia el asunto, así como sabido que podemos corroborar que aún los trabajos bien remunerados, en lo general no garantizan la demanda -enunciada anteriormente- del bienestar integral. Y ya ni hablar del los menores de edad que se ven obligados a laborar en condiciones inenarrables e  inexplicables, además de pugnar por evitar la creación de innumerables  trabajos (por empresas, negocios o instituciones) que por su naturaleza, resultan un lastre para el bienestar de la colectividad o sociedad, existiendo para ello un gran número de lineamientos, modelos y propuestas muy consistentes en este importante tema, con un común denominador teniendo como ejemplos: “La economía del bien común”, “Precio Justo”,  “la economía de la simbiosis”, “las cooperativas”, etc
Según algunos especialistas y visionarios con los recursos disponibles, y EN UN ENFOQUE DE SOSTENIBILIDAD, actualmente se podrían satisfacer las necesidades de los seres humanos sin obligatoriamente “trabajar” en el modelo en este momento predominante-no-sustentable, es decir con otro modelo alterno de trabajo. Se propone y requiere  por ello, un modelo en el cual, entre otras cosas, se ocupe a un número muy importante de personas en la atención por ejemplo a educar a los padres primerizos; o a los adultos para que sean ancianos incorporados a la sociedad; y otro segmento de la sociedad sean capacitados para  atender a los ancianos de edad avanzada con capacidades diferentes, etc.
Sin olvidar de otro grupo de capacitadores para que enseñen  -como poéticamente expresa Eduardo Galeano-  “a vivir  por vivir nomás, como canta el pájaro sin saber que canta y como el niño juega sin saber que juega”, configurando así una sociedad en la que los individuos  logren un “crecimiento” como personas, y evolucione  en su conjunto toda  la ciudadanía, no tan sólo como en la actualidad sucede con los investigadores, los académicos e intelectuales de cierta elite.
Además, nuestro modelo de crecimiento económico (TRABAJO) sigue generando grandes daños al planeta en sus procesos de producción y de consumo,  que de ninguna manera es favorecedor en el ámbito mental y de autoestima del mismo ser humano. Así pues, estamos ante un momento clave y urgente para toda la humanidad: o somos capaces de tomar las decisiones necesarias para un verdadero desarrollo sostenible para todos reconsiderando el modelo de trabajo u obtendremos un colapso total.
 Evidenciando que esta problemática ha sido sistémica en la historia y en este enfoque vemos como F. Nitzche (1844-1900) en su tiempo se expresó : “Hoy en día, cuando observamos el trabajo, entendido éste como esa dura labor que va de la mañana a la noche, nos damos cuenta que es la mejor policía, ya que mantiene firme a cualquiera y sabe obstaculizar con vehemencia el desarrollo de la razón, de los deseos y el ansia de independencia, pues consume una extraordinaria cantidad de energía nerviosa y se la arrebata a la reflexión, a la meditación, al sueño, a las preocupaciones, al amor y al odio, y coloca ante la gente objetivos mezquinos al tiempo que asegura satisfacciones leves y regulares”     
Y concluye F. Nitzche diciendo también con un enfoque alterno: "así, una sociedad en la que se trabaje duro permanentemente gozará de mayor seguridad; y hoy en día adoramos la seguridad como a la divinidad suprema”. El no enfocarnos y tener en cuenta prioritariamente el entorno colectivo y social con el fin de generar su bienestar, deriva en considerar equivocadamente al trabajo como un fin, no como un medio.
Se tiene ya amplio consenso que  las múltiples crisis actuales (económica, energética, de seguridad alimentaria, climática, etc.) son el resultado de un modelo económico basado en el crecimiento ILIMITADO”  así como de “la globalización de PATRONES IRRACIONALES de PRODUCCIÓN Y DE CONSUMO” (1), lo cual  genera el “modelo actual de trabajos” no relacionado al BIENESTAR.
(2) Fromm, Erich. 1971. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Biblioteca de sicología y psicoanálisis.
Artículo publicado el 11 de mayo del 2013, en El Regional del Sur