Para entender y abordar de una forma más adecuada el complejo fenómeno de los “estados alterados de conciencia”, y evitar las deficiencias inherentes -en el análisis del tema con el modelo actual-, tales como: confusión, carencias, traslapes y superposición de conceptos, es indispensable transitar a otro modelo o paradigma, que haga factible romper el actual y longevo “circulo vicioso” sobre el tema. Desde luego no se debe hacer considerando sus componentes en forma aislada, fragmentada o segmentada, como actualmente se hace.
Con una amplia perspectiva histórica y hasta prehistórica, el tema de los estados “alterados de conciencia” se remonta a tiempos inmemoriales de la existencia humana y de hecho, la ilegalidad y la delincuencia en ese ámbito, se generaron en el momento en que se legisló y reglamentó el uso de algunas de las sustancias que alteran la conciencia, generándose el mercado ilegal de ellas.
Como consecuencia, tuvo su origen un importante y creciente “efecto mariposa” que ha marcado pautas trascendentales en la mayoría de los ámbitos de la historia del género humano debido a la demanda para la utilización de dichas sustancias. Una razón, es la de evadir la realidad por lapsos de tiempo que pueden ser variables (en realidad lo que se evade es “la vigilia -el estado de-”) porque el estado alterado, si es muy prolongado, es parte de “la realidad” del evasor
Sin entrar en tecnicismos y tratado en forma simple, es conveniente bosquejar el mapa de los principales elementos que convergen en esta “problemática” de “los estados alterados de conciencia”, dado que la ignorancia en este tema, es nuestro peor enemigo.
Básicamente tenemos dos estados de conciencia:
La Vigiliay El sueño, las cuales pueden INDUCIRSE en diversos niveles y fundamentalmente de dos formas:
PRIMERA: Por drogas, como el alcohol, tabaco, cafeína, azúcar (1) Malpica Karina, marihuana, cocaína, etc.
SEGUNDA: mediante alguna PRÁCTICA como: arengar, autosugestión, deporte, discutir, hipnosis, meditación, pranayama(respiración), etc.
Otra manera, puede ser PRODUCTO DE: una patología, agotamiento, ayuno, deshidratación, esquizofrenia, intoxicaciones, manía, insomnio, privación de sueño,etc.
Con lo anterior se puede apreciar que el tema es significativamente “un problema de salud”, y en ambos casos de la “alteración de la conciencia”, el punto importante es que modifica la PERCEPCIÓN lo que a su vez configura en gran parte la REALIDAD de cada individuo en lo particular.
Para contextualizar adecuadamente el tema, la “EMOCIÓN” debe mencionarse en un renglón aparte como un extraordinario alterador “neurofisiológico subjetivo” que “ecualiza” –en forma constructiva o destructiva- la conciencia, y es por ello prioritario canalizarla constructivamente, auxiliados por la neurociencia.
Podemos concluir, de manera objetiva que casi siempre estamos afectados por algún tipo de alteración de la conciencia. Es decir, no estamos al cien por ciento en el estado “normal” de conciencia por alguna u otra causa, ya sea inducida por alguna substancia, alguna práctica y/o por una patología de cualquier nivel o grado y/o por cuestiones emocionales.
Dicho de otra forma, nuestra “vigilia” o conciencia tiene una constante dinámica en, y por las variaciones en sus niveles. Ante el conocimiento de este panorama ¿Podremos ahora lidiar mejor con ello?
Artículo publicado en el periódico El Regional, del Estado de Morelos; lunes 9 de mayo del 2011