Por el Arq. Mauro Fernández, Consultor en Bienestar Cuántico Sin pretender entrar en terrenos y/o ámbitos propios de la moral o la ética, lo cual resulta casi siempre muy complicado, es posible abordar el ámbito o el universo de los “valores” bajo una óptica más sencilla. Se utiliza la palabra “universo” por la extensión, profundidad y contenidos que lo integran, así como a la dinámica que lo modifica.
Para adentrarnos al ámbito de “los valores”, es necesario entender que la jerarquía o la importancia de éstos, se incrementa en la medida que, son “DESEADOS” por un mayor número de personas y por otro lado, por su “ESCASEZ”. De aquí deriva gran parte de la estrategia de la mercadotecnia para promover e imponer ciertos “valores” (sobre todo en el nivel macro), a sociedades e individuos.
Para introducirnos ordenadamente al tema es necesario establecer una clasificación de “los valores”: en TANGIBLES e INTANGIBLES, tales como la “INFORMACIÓN” o el “CONOCIMIENTO”. Éstos últimos cada vez son más complejos debido al desarrollo de la tecnología.
Por otro lado, clasificarlos en “COMERCIALES” y “NO COMERCIALES”, es decir que se puedan o no adquirir mediante un pago, sería otro enfoque para agrupar, clarificar, ubicar y aproximarnos a la dinámica, características, perfil e importancia de “los valores”. Aunado a lo anterior y considerandola obligada perspectiva HISTÓRICA, podemos observar el PROCESO de los continuos cambios, por los que han pasado los “valores”. Un ejemplo de ello son los arquetipos del cuerpo humano donde en alguna época se consideraba como más apreciado el tener “carnes sobradas”, cosa que actualmente es lo contrario y hasta nos ha llevado a patologías por el deseo desmesurado del “deseado” modelo de bajo peso. O las muy actuales aseveraciones en relación a la economía: pues ahora se está proponiendo la idea de que hay que preocuparse “por ser”; más que “por el tener”.
Así, en este recorrido por los “valores”, nos encontramos con otra arista fundamental también a considerar en la cual el “valor”, conlleva implícita, una relación con la búsqueda inherente de satisfacer el deseo natural de BIENESTAR del ser humano y, (yo no descartaría que) en otros seres vivos.
De lo anterior podemos dilucidar que “el valor” es una PRESUNCIÓN y por tanto es relativo e interdependiente a factores, variables, contextos y circunstancias; por lo que podrá fluctuar, según donde nos ubiquemos en tiempo y espacio.
Lo importante de la propuesta es que en relación a “ese DESEO” anteriormente mencionado, nos debe de quedar muy claro, que “los valores” pueden ser “trabajados”, modelados o “utilizados” de acuerdo a sus “resortes” e “hilos” mencionados previamente (que están tras bambalinas), para con ello reducir FRUSTRACIONES. Pues el no considerar esto, nos puede llevar a creamos falsas expectativas de las personas, así como percatarnos cuando grupos e instituciones los “utilizan” y los ofertan en beneficio propio.
Es necesario resaltar que para jerarquizar y ubicar apropiadamente a “los valores”, y para lograr que sea un REFERENTE-ANCLA, el recurso más indicado y, al que debemos recurrir, es al criterio de “GANAR-GANAR correspondiente a el PARADIGMA EMERGENTE que promueve la diversidad, la tolerancia, la consistencia, la coherencia, la sustentabilidad, entre otros. Reconociendo que con el “EFECTO MARIPOSA”, y su multiplicación exponencial de la parte de cada uno de los ciudadanos, se pueda coadyuvar a ORGANIZARNOS y RELACIONARNOS bajo el enfoque del BIENESTAR colectivo.
No sin olvidar que son las fallas en la PERCEPCIÓN de “los valores” las que históricamente nos está llevando, a los desastres o al colapso en casi todos los ámbitos. Como la debacle de las hipotecas en Estados Unidos en años recientes, que contaminaron los mercados y que derivó en una catástrofe económica mundial. Todo parece indicar que actualmente continúa esta acumulación de errores en la percepción de “los valores”. ¿Hasta cuándo?
Artículo publicado en el periódico El Regional, del Estado de Morelos; el sabado 21 de mayo del 2011. URL: http://www.elregional.com.mx/index.php?option=com_content&view=article&id=17411:paradigma-emergente&catid=45:opinion&Itemid=65